Los invernaderos son estructuras metálicas o de plástico cubiertas de un material traslúcido para conseguir luminosidad. Son propiedades muy delicadas que generan un microclima concreto adaptado a lo que pretendan cultivar, mejorando la productividad y haciendo que sean muy valiosos.
Por eso, es importante tener cierto control sobre estos lugares para poder evitar desgracias innecesarias, ya sean causadas por un error humano, un fallo en el sistema o por acciones malintencionadas.
Hemos querido hacer una recopilación de los distintos aspectos que se pueden tener en cuenta a la hora de determinar qué sistema o tecnologías pueden adaptarse a nuestras necesidades, ya que cada invernadero se puede encontrar en una situación muy distinta por su localización, el valor de su contenido o los fines con los que se utilice.
Entonces, ¿qué debo tener en cuenta a la hora de instalar alarmas para invernaderos?
Alarmas con sensor de temperatura
Los invernaderos son lugares pensados para mantener unas condiciones atmosféricas exactas para favorecer el crecimiento de ciertas plantas. Esto significa que poder tener un control de la temperatura es esencial para asegurar la correcta evolución de nuestros cultivos o para evitar lamentar una pérdida de los mismos por un simple fallo.
Es importante colocar los sensores en zonas que en las que la temperatura sea representativa del ambiente. Esto significa evitar ubicaciones en las que dé el sol directamente o que estén cerca de los sistemas de ventilación.
Alarmas con sensor de humedad
Los motivos son similares al caso anterior. Una variación descontrolada en la humedad puede resultar en un desastre para nuestros cultivos. La mayoría de las veces no queremos ponernos en esta situación (a no ser que tengamos un mal historial con alguien en concreto), pero hay personas que pueden actuar maliciosamente de manera intencionada.
Por eso, poder controlar desde cualquier sitio las condiciones de nuestro invernadero puede detectar un hackeo en nuestro sistema, si es que alguien trata de modificar el punto de ajuste de la humedad, por ejemplo.
Sistema de alarmas
La mayoría de los invernaderos se encuentran en zonas amplias porque suelen necesitar cierto espacio, lo que supone situarlos en zonas alejadas y, por tanto, poco frecuentadas. Esto los convierte en una diana fácil para aquellas personas con no tan buenas intenciones, ya que es probable que no haya testigos que puedan dar la voz de alarma o delatarles.
Esto es algo que ocurre con más frecuencia de la que nos gustaría, y en estos casos contar con un sistema de alarmas ayuda a detectar o a directamente evitar situaciones de robo o vandalismo.
Sensores de movimiento
Hay que tener en cuenta las condiciones del entorno a la hora de adquirir este tipo de tecnología. Depende mucho de si es una zona frecuentada por animales, por ejemplo, ya que puede resultar en falsas alarmas si este sensor está enfocado hacia el exterior. En estos casos es interesante valorar si es necesaria o si puede resultar en número elevado de notificaciones innecesarias que te harán restarles importancia y, a lo mejor, desatender una alarma real.
Alarma con sirena
Puede parecer que igual no tiene mucho sentido instalar una alarma con sirena o con baliza en un invernadero. “Si por ahí no pasa mucha gente, no se va a enterar nadie…” Lo que a lo mejor no nos planteamos es que pueden ser animales salvajes los que intenten acceder a nuestro invernadero, y en estos casos un sonido o una luz al detectar el movimiento puede ser todo lo que necesitemos para proteger nuestros cultivos.
Detección de cortes de electricidad
También es muy importante saber cómo reaccionar si hay un corte de electricidad en nuestra instalación. En estos casos en los que dependemos tanto de los equipos, incorporar en nuestro sistema de alarmas para cultivos un sensor especial que permita detectar un corte eléctrico puede ser de vital importancia. Y no solo eso, si no tener además un plan de actuación claro y, en muchos casos, una batería de respaldo.
Como vemos, la domótica y un sistema de alarmas pueden ser muy beneficiosos para nuestra tranquilidad y para proteger nuestros invernaderos. Cada caso es distinto y hay muchas opciones que se adaptarán a las necesidades concretas de cada uno. Está en nuestra mano valorarlo y decidir qué sistemas y tecnologías van a ajustarse más a nuestra situación.